Microsoft y Activision, Sony y Bungie: ¿y si la guerra de las consolas se convierte en una guerra de los estudios?

Microsoft y Activision, Sony y Bungie: ¿y si la guerra de las consolas se convierte en una guerra de los estudios?

El primer mes de 2022 estuvo marcado por importantes adquisiciones en el mercado del juego. Tras la adquisición de Zynga por parte de Take-Two por 12.700 millones de dólares, la histórica cantidad gastada por Microsoft para adquirir Activision-Blizzard (68.700 millones de dólares), es el turno de Sony de sacar la chequera. El gigante japonés se ha gastado 3.600 millones de dólares para hacerse con el estudio de Bungie, origen de Destiny y Halo. Adquisiciones que plantean interrogantes sobre el futuro de los videojuegos.

El sector de los videojuegos hoy en día pesa más que la música y el cine juntos. La adquisición de grandes estudios como Activision-Blizzard, Zynga o Bungie por parte de grandes nombres del sector es un verdadero revuelo. Esto inevitablemente tendrá consecuencias en el mercado de los videojuegos y, por lo tanto, en los jugadores. También podemos esperar que esta ola de adquisiciones sea solo el comienzo de una verdadera revolución.

Miles de millones por decenas

A principios de enero, eleditor de videojuegos Take-Two – propietario del estudio Rockstar (GTA, Red Dead Redemption) y la editorial 2K Games (NBA, BioShock, Bordelands) – ofreció el desarrollador de juegos móviles Zynga por 12.700 millones de dólares. La toma de control será efectiva durante el primer trimestre de 2023, una vez que haya sido aprobada por las autoridades.

Una semana después, fue el turno de microsoft para anunciar la adquisición deActivision-Blizzard por un monto histórico de 68.700 millones de dólares, adquisición que también deberá obtener la autorización de las autoridades. Con esta adquisición, el gigante estadounidense pone sus manos en los gigantes de los videojuegos como Call of Duty, World of Warcraft, Diablo, Overwatch, pero también en el catálogo del desarrollador de juegos móviles King. Suficiente para enriquecer significativamente la oferta de juegos por suscripción de Microsoft, el famoso Xbox Game Pass, pero también la presencia del gigante estadounidense en el sector de los juegos móviles.

A finales de enero, le tocó a Sony anunciar una opa a su vez, una decisión ciertamente impulsada por las otras dos adquisiciones, aunque las negociaciones entre el gigante japonés y el estudio no son nuevas. Sony ha ofrecido así el estudio de Bungie por 3.600 millones de dólares. Una suma mucho menos impresionante que las dos primeras, pero esta redención no es menos significativa. El gigante japonés cuenta ahora con licencias como Destiny y Halo en sus filas.

Esta adquisición también es especialmente simbólica ya que, entre 2000 y 2017, el estudio Bungie formó parte del equipo de Microsoft. Un buen movimiento de Sony.

¿La guerra de las exclusivas?

Estas adquisiciones son motivo de preocupación para los jugadores. ¿Las grandes licencias como Call of Duty, Diablo o Halo se convertirán en exclusivas de Xbox o PlayStation? Esta es una pregunta que tenemos derecho a hacernos. Sony también se mostró preocupada por ello tras la adquisición de Activision por parte de Microsoft, pero el gigante estadounidense aseguró que no era su intención. Opinión compartida por Sony, pero ¿por cuánto tiempo?

Si los dos gigantes de los juegos afirman que no quieren que sus nuevas licencias sean exclusivas para sus respectivas consolas, no somos inmunes a un cambio de política. En unos años, el gigante estadounidense y su competidor japonés directo podrían cambiar de opinión y hacer de Call of Duty una exclusiva de Xbox o hacer que Halo sea exclusivo de PlayStation, incluso si Bungie ha asegurado que sus juegos seguirán siendo multiplataforma. Esto solo fortalecería la guerra de las consolas, en detrimento de los jugadores, la mayoría de los cuales tendrán que enumerar las exclusivas antes de comprar una consola en particular, a menos que puedan pagar ambas.

Oportunidades para ambas partes

Uno también podría preguntarse por qué Sony y Bungie decidieron acercarse de esta manera. Sobre todo porque el estudio ha asegurado que seguirá autoeditándose, siendo creativamente independiente y liderando una comunidad unificada. ¿Cómo beneficia esta adquisición a ambas partes?

En cuanto al gigante japonés, contar con Bungie en sus filas le permitirá beneficiarse de su experiencia, pero sobre todo de la propiedad intelectual de sus creaciones. Sony podrá así explotar estos universos para crear nuevos videojuegos, pero también para adaptarlos a películas y series. Para una empresa de medios como Sony, esta es una oportunidad real. La compañía japonesa ya ha demostrado en el pasado que agradece adaptar sus exitosos videojuegos al cine. La película Uncharted se estrenará en los cines este mes.

En cuanto a Bungie -que, sin embargo, insiste en su independencia- unirse al campo de Sony le permitirá tener más recursos para emplear más talento, pero también para desarrollar proyectos aún más ambiciosos.

¿Qué futuro para los estudios independientes?

Unirse al campo de gigantes como Sony y Microsoft tiene ventajas para los estudios independientes, especialmente si pueden mantener su independencia, precisamente. ¿Qué empuja a más estudios a dar el paso? Es posible, aunque algunos siempre preferirán seguir siendo totalmente libres. Las tentadoras ofertas de los gigantes del juego aún podrían convencer a más de uno. En los últimos años, los dos gigantes del juego han seguido aumentando el número de adquisiciones de pequeños y medianos estudios.

Una tendencia que no es nueva y que debería continuar en los próximos años. El jefe de PlayStation Studios, Hermen Hulst, ya ha confirmado que Bungie no será la única compra de Sony en 2022. Otros estudios estarán bajo el control del gigante japonés.

Estas adquisiciones son bastante sorprendentes, ya que normalmente observamos este tipo de comportamiento en sectores maduros y donde el crecimiento se estanca, lo que no ocurre con el juego, que sigue creciendo.

Las consecuencias de este comportamiento podrían tardar años en aparecer. Solo queda esperar que sean beneficiosos para estudios y jugadores.

Confirmar posición

La llegada de nuevos competidores importantes podría explicar en parte este frenesí de adquisiciones. De hecho, Apple, Google y ahora Netflix están recurriendo a los videojuegos para diversificar sus ofertas, pero también para asegurarse una parte del floreciente pastel de los juegos. Competidores que tienen los recursos para tener en sus manos estudios independientes.

Al comprar gigantes de los juegos, Sony y Microsoft se aseguran de que otros no les pongan las manos encima. También es una forma de que las dos empresas confirmen su posición como un actor clave en el sector y, inevitablemente, enriquezcan sus respectivos catálogos. Queda por ver si otros grandes nombres del mercado no seguirán su ejemplo, reduciendo aún más el número de estudios independientes.


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