El descubrimiento del MIT podría proporcionar nuevas pistas sobre la antimateria en el universo
Los físicos del MIT y otras instituciones de todo el país han medido con éxito el pequeño impacto que tiene un neutrón en una molécula radiactiva. Los investigadores dicen que se puede imaginar una partícula de polvo en una nube de tormenta para tener una idea de lo pequeño que es un neutrón en comparación con el tamaño de la molécula que contiene. Para medir el impacto que tiene un neutrón en una molécula radiactiva, el equipo desarrolló una nueva técnica capaz de producir y estudiar moléculas radiactivas de vida corta con números de neutrones que se pueden controlar con precisión.
El equipo seleccionó a mano varios isótopos de la misma molécula, cada uno con un neutrón adicional en comparación con el siguiente. Se midió la energía de cada molécula y el equipo pudo detectar cambios muy pequeños y casi imperceptibles en el tamaño nuclear debido al efecto de un solo neutrón. El equipo dice que poder ver efectos nucleares tan pequeños sugiere que tienen la oportunidad de buscar moléculas radiactivas en busca de efectos aún más sutiles causados por la materia oscura, por ejemplo.
La técnica también podría permitirles estudiar los efectos de nuevas fuentes de violaciones de simetría relacionadas con algunos de los misterios del universo moderno. El investigador Ronald Fernando García Ruiz, profesor asistente de física en el MIT, dice que si las leyes de la física son tan simétricas como se cree, el Big Bang debería haber creado materia y antimateria en igual proporción. Sin embargo, la mayor parte de lo que ven los científicos es materia con solo una parte por millón de antimateria. Esas cantidades significan que hay una violación de las simetrías más fundamentales de la física que los científicos no pueden explicar con lo que sabemos actualmente.
Él dice que los científicos ahora tienen la oportunidad de medir las violaciones de la simetría utilizando moléculas radiactivas pesadas que tienen una sensibilidad extrema a los fenómenos nucleares. Eso podría proporcionar respuestas a uno de los mayores misterios que rodean cómo se creó el universo.